Estimada Comunidad Agustiniana:
El día de ayer, 06 de septiembre, ha fallecido la apoderada
Constanza Camila Santander Sandoval mamá del alumno Amaro Venegas,
estudiante del curso quinto Básico B.
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
POR LA MUERTE DE SU MADRE
Deja, Señor, que mi llanto fluya
manso y calmante.
¡Sé qué tú sabrás interpretar mis lágrimas!
Déjame llorar, Señor, a lágrima viva,
siquiera una hora,
a mi madre recién muerta ante mis ojos,
a mi madre que, por tantos y tantos años,
me ha llorado a mí, muerto entre los vivos…
He cerrado los ojos de mi madre,
mientras contenía las lágrimas
en penosísima congoja interior.
Yo disimulaba también el lamento dolorido
de mi corazón,
pues sabía que mi madre no moría del todo.
Estaba seguro de su vida en la eternidad
por el testimonio diario de su fe no fingida
y por la fuerza de tu gracia, Señor.
Pero, a pesar de las consolaciones de la fe,
me quemaba vivamente la herida reciente
de esta separación,
acostumbrado como estaba a la grata presencia de mi madre
y hecha mi alma a la delicia cotidiana
de estar juntos.
Privado de aquel consuelo,
me sentí desgarrado,
como si desapareciera la seguridad
de mis pasos.
Sentí una hendidura en mi alma,
pues mi vida y la suya, fundidas en sentimientos
y con deseos tan unísonos,
se habían hecho una sola...
Ahora nada podía calmar mi dolor,
ni siquiera las palabras de los amigos
ni los saludos de quienes se creían obligados
a acompañarme en aquel trance,
ni los consuelos de muchos cristianos
ni las voces de aliento religioso
ni los pésames, ni el retiro a la soledad…
Déjame llorar en tu presencia, Dios mío…
Perdóname el desahogo
de soltar la compuerta
de mis lágrimas represadas
y consentir que fluyan cuanto quieran…
Te pido, Oh Dios, que mi madre repose
en tu paz
juntamente con su esposo,
a quien amó enteramente.
De nuevo juntos en tu paraíso,
reúne a mis padres,
por quienes me trajiste a la vida.
Que se cumpla lo único que ella me pidió:
“Ruega por mi alma ante el altar del Señor”
(Confesiones 9,12,29-33 y 9,13,34-37).